Y como no podía ser de otra manera, probé todos los postres típicos que pude, fruta, banana frita, flan... Lo cuál, os adelanto, no fue sencillo. Es bastante complicado encontrar un sitio en el que comer sin que te engañen. Y no es porque en Cuba se como mal, para nada, pero como en todo sitio turístico, hay que encontrar un restaurante típico. Allí, éstos sitios se llaman "Paladares".
Nuestro problema fue que, como no sabíamos donde comer, preguntamos a la gente de a pié, y no sabíamos si podíamos fiarnos del todo e ir a donde nos mandaban, porque mucha gente va a comisión con ciertos restaurantes. Entonces, se volvía complicado distinguir si realmente te estaban ayudando o era el típico que quería llevarte a su terreno y sacarse una consumición.
Pero bueno, tras un par de intentos fallidos, dimos con un Paladar Cubano IMPRESIONANTE!!!!!! Se llamaba "Restaurante Hanoi, La Casa de la Parra" y estaba cerca del Capitolio. El restaurante era precioso, como una casa cubana por dentro, los camareros eran majísimos y, además, había música típica en directo. No hubo ni un sólo plato que no nos encantara, y encima era baratísimo.
Eso si, dejamos hueco y, cuando llegó el postre... ¡Nos pusimos las botas! Solo había dos opciones, fruta y flan casero; pero estaban los dos de vicio y, he de reconocer que, por mucho que me guste el flan de mi Ama, que siempre será mi favorito, ¡este Flan Cubano me conquistó! Es suave, fino, y... mejor paro y dejo que vayáis a por la receta.
